sábado, 22 de septiembre de 2007

Helios Eseverri:El adiós al hombre más importante de la historia de Olavarría

Tiempo Argentino / Zetavisión / Z Inter Press / Diario El Popular de Olavarría



En los dos últimos días se había agravado notoriamente. Pero nunca perdió la lucidez. Murió en las primeras horas de la primavera. Y dejará una huella única en la historia de la ciudad. Es el hombre que más gobernó Olavarría por el voto popular y el único que murió ejerciendo la intendencia.

A las siete y cuarto de la mañana, pacíficamente, sin dolor ni trauma, murió Helios Eseverri. A su lado estaba Ana, su hija jueza. Estuvo un mes internado en la terapia del Hospital Municipal hasta que se apagó en los mismos momentos en que llegaba la primavera. Con los brotes a la vista y el sol en tren de regreso. El hombre que más gobernó la ciudad, que más la conocía, que con más potencia la asumió como propia, ya no está. Se murió intendente, como no podía ser de otra manera. Su ausencia será fragorosa y estará en todas las esquinas. La historia será otra y debe volver a empezar.

El parte oficial llegó a las 8 de la mañana a los medios. Ya se había decretado el asueto administrativo y el duelo hasta el domingo por la noche. Con la idea de que "el lunes por la mañana la ciudad comience a caminar otra vez normalmente", tales las palabras del intendente Julio Alem. "A Eseverri no le hubiera gustado que la ciudad se parara por una semana". Por decisión de sus hijos el velatorio no fue en el Salón Rivadavia, como se había especulado en un principio, sino en la sala más amplia de la empresa Blando: la que está ubicada en Pringles al 3600. La decisión de que todo fuera rápido y sin demasiada exposición fue de José, Ana y Estela. Un velatorio hasta las 16, la misa de cuerpo presente en San José y el sepelio en Loma de Paz a las cinco de la tarde. Un final austero para quien hizo un ejercicio constante de la austeridad.

Apenas una hora después se publicaba el decreto 1084, a través del que el intendente interino determinaba el duelo municipal. Entre sus considerandos recuerda que "ha sido elegido por la comunidad olavarriense para ostentar el cargo de Intendente Municipal por cinco períodos, denotando ello el reconocimiento de sus virtudes, y del ejercicio probo de su función por parte de los ciudadanos". Que "la desaparición física del señor Eseverri representa para la sociedad olavarriense la pérdida de una figura ilustre y respetada por el conjunto de la población sin distinción de banderías o de idearios políticos que causa un profundo dolor a los vecinos de esta ciudad". Coopelectric declaraba su propio asueto y la Cámara Empresaria adhería, pero dejaba en libertad a sus asociados para abrir o no los comercios.

Antes de que abriera sus puertas la sala de Pringles ya había gente esperando para despedirlo. La difusión masiva del informativo matinal de LU 32 disparó la noticia por todos los rincones de la ciudad y dirigentes, políticos, ciudadanos anónimos, comenzaron a desfilar en forma constante por la sala. El féretro se mantuvo abierto durante las seis horas que duró el velatorio y los tres hijos del Intendente mantuvieron una actitud de recogimiento absoluto hasta el final. Cerca de las dos de la tarde llegó a la sala el gobernador Felipe Solá, junto al presidente del Instituto Cultural, Alberto Hernández, el contador Mario Cura y legisladores. Minutos antes había dicho con toda seguridad, en el aeropuerto, que el 28 de octubre José ganaría las elecciones.

*****En los dos últimos días había empeorado notablemente. Con una extrema delgadez, ya no podía incorporarse y casi ni siquiera pronunciar palabras. Sus tres hijos se turnaban para estar todo el tiempo con él y en las últimas horas le había crecido algo de barba, tan extraña en él. "Parezco Gandhi", alcanzó a decirle con sumo esfuerzo a Julio "Chango" Alem, que fue a verlo por última vez cerca de las diez de la noche del jueves. Nueve horas antes de su muerte. "Usted tiene que estar tranquilo, está todo bárbaro, José está re enchufado", le dijo. Y él hizo una señal con las manos. Extendidas, las movió a izquierda y derecha, como simbolizando un cierre. Gesto que Alem recordó con claridad y con impacto en el alma cuando José lo llamó a las siete y veinticinco para darle la noticia de la muerte de su padre.

*****"Eseverri dejó la vida por Olavarría y con eso está todo dicho", sintetizó Ricardo Casagrande, tratando de asumir el velorio del primer intendente de Olavarría que muere en el cargo y el primer jefe comunal que, personalmente, fallece desde que trabaja en la funeraria Blando. Pero más allá de su caso puntual, centenares de olavarrienses desfilaron por la sala de Pringles 3676 para despedir los restos de Helios Eseverri. Sus hijos José, Ana y Estela decidieron que el adiós no fuera en un ámbito municipal sino en esa sala común, en el marco de una ceremonia no tan pública ni tan expuesta.

Fue en una permanente sensación de respeto y hasta de silencio, a pesar de que fueron muchas las presencias tanto de Olavarría como del ámbito regional, provincial y hasta nacional. Hubo una mayoría de dirigentes o representantes de instituciones, empleados municipales de ambos palacios, personal y docentes de los jardines maternales, funcionarios y políticos. Pero también hubo gente que atravesó la avenida de ingreso a la ciudad, a pocos metros del puente de Colón, para despedir los restos del jefe comunal en forma espontánea y sentida.

Como Soledad Maldonado, de 25 años, que sintió el deber de asistir al velatorio al recordar que "un día fui desesperada a pedirle ayuda porque vivíamos 20 en una casa con tres dormitorios y Eseverri me contestó: "andá, nomás". Y me dio una casa. Me queda una buena imagen. Era la primera vez que yo le pedía y enseguida me respondió. Para mí era un hombre muy sensible".

Adela, en tanto, lo conoció desde su lugar de empleada. Es coordinadora de los jardines maternales y ayer, al salir de la sala velatoria, aseguró que "siempre estuvo atento a lo que nos faltaba en los jardines. Tengo la mejor imagen, siempre estaba muy pendiente de lo que nos pasaba", señaló la docente.

La emoción fue una constante y el denominador común de todos los que arribaron a la sala de Pringles y tuvieron la necesidad de manifestar su último adiós durante las seis horas que duró el velorio de quien gobernó la ciudad durante veinte años.

Sin dudas, el de ayer fue un día al que "va a costar ponerle una sonrisa", reconoció el humorista Juan Carlos Leguizamón. Sin embargo, para Guile la partida de Eseverri "no debe tomarse con tristeza. Se ha ido a un jardín muy grande en el día de la primavera. Rescato que fue un visionario. Como gobernante creo que será muy difícil que lo superen".

Hombres y mujeres, de diferentes edades de los más diversos sectores sociales dijeron presente. Aunque hubo pocos jóvenes. Todos notablemente conmovidos. Como Alberto Mugica, que a los 87, llegó convencido de que "Olavarría va a extrañar a Eseverri porque, más allá de lo partidario, la ciudad va a extrañar personalidades como ésta. A pesar de que no coincidía con él porque era unionista y yo intransigente, pero en lo grande siempre acordamos".

Para el inspector Mateo Barragán, titular de la Policía Departamental, fue "sin ninguna duda un líder político. Era un hombre muy preparado para hablar de cualquier tema. Lo acompañamos más allá de lo protocolar porque realmente los sentimos".

Otro señor, de traje añejo y paso decidido, lo definió como un "excelente intendente". Detrás de él, Mari salía conteniendo las lágrimas. "Me dio lo que más quiere uno: mi casa", confesó la mujer y soltó el llanto, tras aclarar que "me queda una imagen hermosa, ayudó mucho a mi familia. Siempre que lo encontraba se lo agradecía. Estoy feliz de haberlo conocido".

Mientras tanto, la ciudad aminoraba su marcha, aunque apenas. Muchísimos autos transitaron la calle Pringles a modo de paseo, sobre todo después del mediodía. Muchos lograban estacionar cerca y bajar para despedir al intendente. Algunas escuelas suspendían las clases y el asueto se aplicaba en ciertas instituciones y comercios, en adhesión al duelo que se extenderá hasta mañana. Fue un día fresco, con un sol tibio. Eseverri se fue un 21 de septiembre. Y quedará grabado en la memoria olavarriense.

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